26 jul 2012

Clásicos básicos


Hoy empezamos rompiendo falsos mitos. Son muchos los que creen que la silla de la que os hablamos hoy, la silla Wassily de M. Breuer, fue diseñada para el famosísimo pintor Kandinsky. Pues bien, si alguna vez os preguntan esto en un concurso cultural, que sepáis que es… rotundamente falso. 

Este modelo diseñado y fabricado en 1925 con tubos cromados y asiento y respaldo de cuero, enamoró al conocido pintor (que era docente en la Bauhaus al mismo tiempo que su autor, Breuer, era director del taller de ebanistería) por lo que Breuer fabricó un duplicado para la oficina personal del reconocido pintor.

¿Y entonces? ¿Wassily no viene de Wassily Kandinsky? si, esto si es cierto. Fue un fabricante italiano, años más tarde, quien conociendo la anécdota que os acabamos de contar rebautizó la silla con su actual nombre.

Dejando las anécdotas y curiosidades a un lado, es importante que sepáis que estamos hablando de la primera silla de tubo de la historia, algo verdaderamente revolucionario para su tiempo. Actualmente se fabrica en diversos colores y no hace falta ser ningún afamado artista para hacerle un hueco en casa.


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